El calculado ascenso de Kilian Jornet al podio de Western States
El análisis detallado de COROS revela cómo Kilian utilizó un ritmo preciso y constante para lograr el tercer puesto en una de las carreras más rápidas de la historia.

1 de julio de 2025 -, Kilian Jornet ha vuelto a dejar su huella en la historia del ultrarunning al lograr un brillante tercer puesto en la Western States 100 de este 2025. Con un planteamiento inteligente y un ritmo constante, su actuación demuestra que una estrategia basada en el control del esfuerzo y en los datos puede marcar la diferencia incluso en las carreras más exigentes.
Kilian Jornet regresó a Western States Endurance Run por primera vez en más de una década. Catorce años después de su última participación en esta mítica prueba de 100 millas, Kilian regresó no movido por la nostalgia, sino con el objetivo de poner a prueba su precisión. En una edición marcada por el calor y una salida frenética —con hasta nueve corredores superando desde el inicio el ritmo del récord—, Kilian supo mantenerse fiel a su plan. Dejó que fuesen los datos y la experiencia los que guiaran su paso. Kilómetro a kilómetro, fue ganando posiciones hasta cruzar la meta en tercera posición con un tiempo de 14:19:22, su mejor marca personal en esta carrera, rebajando en más de 80 minutos su anterior registro.
Su Regreso
Kilian no es ningún desconocido en Western States. Debutó en 2010 y ganó en 2011. Mucho ha cambiado en los catorce años transcurridos desde entonces. Él es mayor y la carrera es más rápida.
"En aquel entonces, todo era descubrimiento e instinto. Esta vez, he realizado un entrenamiento muy específico."
Ahora su enfoque es más intencional, menos impulsivo y más consciente. Entrena con una comprensión más profunda de cómo gestionar su energía a lo largo del tiempo. Equilibrando el entrenamiento con el tiempo que dedica a su familia, se asegura de que cada sesión esté orientada a adaptaciones específicas. Para Western States, eso significa prepararse para el calor, las colinas y la resistencia durante una competición de casi un día de duración.
"Creo que el entrenamiento para el calor y la estrategia de enfriamiento funcionaron bien, y me dosifiqué para tener algo reservado para el final."
La anatomía de una carrera con el ritmo bien controlado
Si observas los datos más detenidamente, verás el poder de un plan de carrera constante. El esfuerzo de Kilian se distribuyó de manera uniforme, con solo unos pocos sprints oportunos al final de la carrera. El resultado fue una lección magistral de ritmo y estrategia, que mantuvo a Kilian en la lucha hasta el final.

Al inicio, Kilian evitó el caos inicial y se mantuvo cerca de la parte trasera del grupo líder durante los primeros 48 km. Al principio, la carrera se caracterizó por las diferencias entre casi una docena de corredores, que rivalizaban con el récord de Jim Walmsley en este recorrido. Hasta ahora, nunca se había visto un inicio tan rápido con tantos corredores en el mismo año, por lo que, aunque Kilian no estaba entre los cinco primeros, su ritmo era exactamente el que quería. La clave para seguir adelante sería correr a un ritmo constante en los tramos en los que los demás flaquearan. Kilian se mantuvo paciente, dejando que su experiencia hablara por sí sola. Su primera oportunidad llegó casi seis horas después del inicio de la carrera.

En la milla 44 (km 71), Kilian cruzó el avituallamiento «Last Chance» en octava posición, lo que marcaba el inicio de un tramo de 4½ millas (7km) con algunas de las bajadas y subidas más empinadas del recorrido. Su esfuerzo decayó un poco durante la bajada más técnica, pero le dio la vuelta al partido y volvió a su ritmo previsto en la subida al siguiente avituallamiento, Devil's Thumb. Durante esa subida, pasó del octavo al tercer puesto. Continuó con esta estrategia también en las siguientes subidas. Mientras los demás luchaban contra el calor y el terreno con urgencia, Kilian se ciñó al plan. No estaba compitiendo contra el reloj, sino respetando el recorrido, y cuando sintiera que la carrera estaba cambiando, tendría reservas para responder.
"En los cañones, me lo tomé con calma en las bajadas para no destrozarme los músculos, y en las subidas pude apretar bien. Hasta el cruce del río [en la milla 78 (km 125)], intenté controlar el ritmo y el calor."

Kilian es conocido por ser uno de los corredores cuesta arriba más fuertes del mundo, por lo que no es de extrañar que se haya hecho especial hincapié en las pendientes durante la parte central de la carrera. Pasó la mayor parte de la carrera en las zonas de frecuencia cardíaca 2 y 3, y solo entró en la zona 4 en las subidas clave, cuando más importaba.

En las 90 millas (km 145), Kilian estaba a 8½ minutos del segundo clasificado. En esas últimas diez millas, redujo la distancia a menos de dos minutos.
"En los últimos ocho kilómetros, me dijeron que los que iban delante estaban muy cerca. Me sorprendió y traté de esforzarme aún más. Fue agradable sentirme fuerte al terminar la carrera."
Ese tipo de final no se consigue por casualidad. Es el resultado de la ejecución paciente de un plan de carrera cuidadosamente elaborado. Esa lección magistral sobre cómo dosificar las fuerzas le dio la energía necesaria para un final fuerte, algo de lo que todos los corredores pueden beneficiarse, independientemente de la distancia.
Entrenamiento basado en sensaciones, pero respaldado por datos
Para Kilian, el ritmo comienza mucho antes de la línea de salida. En el entrenamiento, utiliza métricas basadas en el esfuerzo para mantener un ritmo constante. Si la frecuencia cardíaca o el ritmo esfuerzo comienzan a salirse de la zona correcta, sabe que es hora de esforzarse un poco más para volver a la intensidad adecuada.
Al hacer esto innumerables veces durante el entrenamiento, Kilian puede identificar más fácilmente cuándo disminuye el esfuerzo durante una carrera y responder en consecuencia. Esta es la base de cómo entrena y compite con intención. No adivina, supervisa y ajusta.
Conclusión

No todo el mundo puede terminar tercero en la Western States, pero todos los corredores pueden utilizar un ritmo inteligente. El éxito de Kilian no se debió a perseguir a sus rivales. De hecho, se debió a saber cuándo no hacerlo. El mismo enfoque se aplica tanto si estás entrenando para tu primera carrera de 10 km como para tu próximo ultra.
En 2010, Kilian corrió Western States por primera vez. Tenía 22 años, era nuevo en este deporte y se dejaba llevar por el instinto.
En esa carrera, terminó tercero. Quince años después, tanto él como la carrera han cambiado. Western States es más dura, el ritmo es más rápido y el margen de error es menor. Pero con experiencia, datos y un objetivo, Kilian volvió al podio, no solo como atleta, sino como estratega.
Su regreso demuestra algo muy sencillo: cuando tienes tu enfoque de entrenamiento claro, confía en los datos que importan y escucha a tu cuerpo, así no solo sobrevivirás a una carrera como Western States, sino que la terminarás con fuerza. Esa lección se aplica tanto si persigues un podio como si persigues tu propia marca personal.
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